Oliver creció en una familia numerosa a principios de los setenta en una pequeña granja familiar. Oliver me informó de que en sus primeros años de juventud, cuando estaba lejos de casa, tenía problemas con la bebida que, como él mismo expresó, le llevaron a convertirse en alcohólico. Su creciente dependencia del alcohol y su consumo le provocaron episodios regulares de depresión y ansiedad y estados de mala salud física.