El Régimen de Ayuda de Respiro para los Agricultores es una iniciativa que se estableció como un servicio de sustitución para apoyar la continuación de las actividades agrícolas y proporcionar alivio a los agricultores que se enfrentan al agotamiento y el agotamiento profesional. El plan fue probado inicialmente por el Ministerio de Agricultura francés en 2017, con un presupuesto inicial de 4 millones de euros para el primer año. Los fondos se asignaron a la MSA (Seguridad Social del sector agrícola francés), que desempeñó un papel clave en la administración de la ayuda.
El objetivo principal del Plan de Ayuda de Respiro era aliviar la presión de los agricultores, en particular de los ganaderos que necesitaban trabajar a diario en sus explotaciones. En el marco del plan, un asistente social visitaba la explotación y proporcionaba una semana de ayuda de respiro a los agricultores que la necesitaban. En 2018 y 2019, la ayuda se redujo y la responsabilidad de financiar el régimen se transfirió a la MSA y sus fondos sociales locales. Se dio autonomía a las cajas locales de la MSA para determinar los criterios de elegibilidad, la duración de la ayuda y el coste restante que debía pagar el agricultor.
El Régimen de Ayuda al Respiro representa el 1% de los motivos de sustitución del Servicio de Recolocación, lo que equivale a 50.000 horas de trabajo o 6.250 días. En 2022, aproximadamente 1.800 agricultores han participado en el plan. Sin embargo, la iniciativa se enfrenta a ciertas limitaciones, debidas principalmente a las restricciones presupuestarias de los fondos locales de la MSA y sus programas sociales. Esto puede dar lugar a condiciones restrictivas o a una elevada cantidad de dinero pendiente de pago por parte de los agricultores, lo que les disuade de solicitar esta ayuda.
Además, existen otros obstáculos, como las tensas relaciones entre los agricultores y la MSA, por ejemplo, debido a los impagos de las cotizaciones, así como la tendencia de los agricultores a mantener en privado sus problemas de salud mental.
La MSA y el Service de Remplacement pretenden utilizar el Régimen de Ayuda al Respiro como último recurso y, en su lugar, invertir en vacaciones y descansos estructurales para que los agricultores logren una mejor conciliación de la vida laboral y familiar y una profesión más sostenible. De hecho, la conciliación de la vida laboral y familiar se aplica bien en todo el sector agroalimentario, salvo entre los propios agricultores. El régimen de ayuda al descanso se considera una medida complementaria que debe ir acompañada de un apoyo adicional por parte de asistentes sociales y psicólogos. Cabe destacar que se atienden el 90% de las demandas recibidas, incluso de personas que no son miembros del servicio de recolocación. El Servicio de Sustitución da prioridad a estas demandas junto a otras urgencias como enfermedades o accidentes, con el objetivo de mantener las explotaciones mientras sus propietarios se encuentran en situación de desamparo.
Los agentes que se envían a las misiones del plan de relevo son personas experimentadas y preparadas para gestionar situaciones difíciles en las explotaciones en las que intervienen. El objetivo es contratar agentes voluntarios para estas misiones. Sin embargo, el Servicio de Sustitución se enfrenta a dificultades para encontrar candidatos adecuados debido a la falta de interés por las vocaciones agrícolas, lo que afecta a sus posibilidades de contratación.
La financiación del Régimen de Ayuda al Respiro depende principalmente de la MSA, financiada sobre todo por los propios agricultores. Aunque algunos agentes de la cadena agroalimentaria han apoyado financieramente iniciativas locales de vacaciones anuales para los agricultores, todavía no han ampliado su apoyo al Régimen de Ayuda al Respiro. Por el momento, no se ha debatido la creación de herramientas como un fondo de dotación financiado por agentes del sector agrícola, distintos de los agricultores, para apoyar el régimen.