Diana luchó en muchos momentos contra la ansiedad y los problemas de salud mental. Su historia comienza cuando tomó las riendas de su granja en 2008. En aquel momento, no se sentía capacitada para dirigir una granja. Pero el hecho de que fuera una granja familiar, algo en lo que sus padres habían puesto tanto empeño durante tantos años, era importante para ella tomar las riendas y ayudarles, así que sintió toda esa presión. Al mismo tiempo, sus padres llevaban la granja de una forma que no estaba orientada a los negocios; era sobre todo una propiedad familiar, en la que no la necesitaban para sobrevivir (sus padres tenían sus propias profesiones).
Así que, en primer lugar, sintió dos grandes cargas: por un lado, que tenía que ocuparse de la granja y sentía una gran responsabilidad hacia sus padres; por otro, la presión de hacer que esta granja fuera estable económicamente, ya que dejaba su trabajo para ocuparse de ella, por lo que tenía que convertirla en su medio de vida.
En segundo lugar, otro gran problema por el que pasó en aquellos años fue que, con 23 años, vivía en Roma, y también todos sus amigos y toda su vida social; y en esas circunstancias, dejó Roma para trasladarse al campo, donde se encontró sola y aislada. Y mientras pasaba por todo eso, Diana sentía que sus amigos de la capital no podían entender por lo que estaba pasando, se sentía incomprendida, vivía situaciones totalmente diferentes a las de sus amigos de la ciudad. Fue en esta soledad que la comunidad campesina vino a su «rescate», con una gran comunidad de personas en su área y en toda Italia, donde otros jóvenes estaban haciendo lo mismo que Diana y pasando por las mismas situaciones que ella, creando un sentido de acompañamiento.
En ese momento, se sintió como si estuviera en un frasco y alguien estuviera vertiendo agua en él, y cada vez más y más y más, hasta un punto en el que no era posible respirar, una sensación de estar perdida, y de no ser capaz de encontrar una solución a nada de esto, que lo único que podía hacer era moverse más rápido y buscar la superficie, una sensación de opresión y soledad.