Diana es una joven agricultora de la Toscana que dirige la bodega de su familia desde 2008. Desde que se hizo cargo de la explotación, comenzó a experimentar ansiedad debido a los altos niveles de responsabilidad a los que estaba sometida, y una soledad generada al dejar sus amistades para trasladarse al campo. Tras varios años experimentando estos sentimientos, en 2018 todo derivó en depresión al incorporarse a su vida sus hijos (gemelos) y, con ellos, más presión y ansiedad. Fue en ese momento cuando decidió buscar ayuda profesional y, a día de hoy, es capaz de gestionar estos problemas de forma más racional.

Este caso cuenta la historia de un nuevo agricultor que se traslada al campo con su familia para hacer realidad su sueño. Las exigencias del negocio, su carga de trabajo y una grave enfermedad de su hijo, acaban afectando a su relación, desembocando en el divorcio.

George experimentó una serie de problemas vitales que se fueron acumulando y acumulando hasta alcanzar un alto nivel de estrés, ansiedad y depresión que culminó en tensión mental y física. El factor que más influyó en su situación, según lo expresado por George, fue no ser capaz de decir "no" a nada de lo que se le pedía, ya que se sentía incómodo al decir que no por si defraudaba a alguien. Esto le hizo sentirse sobrecogido y abrumado y le dejó con la sensación de que no tenía el control de su vida.

Una vez completada la adquisición, el joven granjero planea construir un nuevo granero. Un accidente provoca que su madre resulte herida mortalmente. La situación desencadena la impotencia y la mudez.