Gestionar una empresa familiar y un negocio agrícola da muchas satisfacciones, aunque al mismo tiempo implica muchos retos. Conlleva asumir el liderazgo y tomar las decisiones correctas respecto a los recursos y los resultados. Hay que estar contantemente tomando decisiones respecto a los recursos, cómo garantizar su disponibilidad y dónde hacer que rindan más.
La rutina de siempre, es decir, estar ocupados; y en la agricultura puede implicar, claro, picos estacionales, pero esto no tiene por qué (y no debería) derivar en un estrés permanente durante todo el año.
Si el negocio se gestiona bien, tanto el agricultor como su familia tendrán tiempo para ellos mientras trabajan y después del trabajo.
El objetivo de este módulo no es analizar en detalle la gestión de un negocio.
El propósito es ofrecer un enfoque básico para gestionar:
Después, el módulo se centrará en algunas cuestiones del negocio para que pueda llevar a cabo la gestión diaria de manera que disfrute de los mejores niveles de salud posibles al frente de su empresa.
Para poder tener una perspectiva concreta y acertada del futuro, necesita conocer cómo va su negocio hoy por hoy. Esto implica que debe poder describir su empresa en tres o cuatro frases y tener en mente las cifras básicas de su negocio, como por ejemplo la facturación anual de un buen año y de un mal año, los beneficios de un buen año y un mal año, etc.
Si durante la temporada de más trabajo, o en cualquier momento del año, aparecen pensamientos negativos, como «Nunca veo a mis hijos», «Me paso en el campo todo el día», «No tenemos suficiente dinero», «Vamos a perder las tierras», etc., es buen momento para consultar las cifras que refuten o refrenden dichos problemas.
Un empresario que no tenga siempre a mano un esquema del negocio familiar (ya sea en la cabeza, en papel o en el ordenador) no empieza con buen pie. Póngase manos a la obra en cuanto pueda y recabe toda la información que necesite.
Si los datos confirman sus temores, no será el final de nada, sino un buen punto de partida basado en documentos tangibles.
En cuanto esté al tanto de su situación básica, diaria y estacional y pueda describir dicha situación con palabras y cifras, podrá también describir sus objetivos para la empresa familiar. Plantéese ponerles nombre a las cifras: «Rendimiento de las ventas», «Flujo de caja», «Crédito mínimo en la cuenta bancaria», «Domingos: tiempo para la familia», etc.
Para poder diseñar una estrategia, necesita saber adónde quiere ir y desde dónde parte. Necesita un punto de partida y una meta.
Saber en qué punto está y dónde quiere estar en un momento determinado del futuro supone un buen marco para trabajar en el concepto de cómo llegar hasta allí desde el punto de partida.
Algo muy importante para los empresarios, además de la dirección diaria del negocio, es tomar decisiones respecto a las herramientas, los medios y las inversiones que hacen falta para el desarrollo de la empresa.
Respecto a cada concepto, describirá paso a paso cómo avanzar.
El de la agricultura es un negocio en el que reina la incertidumbre. Hay oportunidades y riesgos tanto si se toman como si no ciertas medidas empresariales. Quizá haya en la agricultura más inseguridad que en otros sectores, ya que depende de las condiciones climáticas durante todo el año.
Sea como sea, deben tomarse decisiones y debe hacerse con criterio, en función de los recursos y los resultados y de la probabilidad de tener éxito.
Dependiendo de la complejidad de la explotación, de su tamaño y, por supuesto, de su estructura organizativa, el empresario deberá afrontar decisiones de distinto tipo y a diferentes niveles.
Cada idea, lo que se dice y lo que se hace le afecta a usted y a los demás.
Si hacemos caso a Paracelso ―«el veneno está en la dosis»―, la cantidad y la calidad de las decisiones que se toman afectan positiva o negativamente a la salud mental.
Un factor importante es la experiencia en la toma de decisiones y el resultado de dichas decisiones.
Cuantas más decisiones haya tomado, menos miedo tendrá de tomar la siguiente, si es que la siguiente se asemeja en términos de nivel y calidad.
Cuanto mejores resultados hayan dado sus decisiones pasadas, más confiará en su criterio a la hora de tomar una nueva decisión.
Ejemplos de decisiones cotidianas en la agricultura:
Identificación del problema:
🡪 ¿cuál es el problema?
Recopilación de información:
🡪 ¿qué información tenemos y quién nos puede asesorar?
Evaluación de las alternativas 🡪
¿qué opciones tenemos y cómo podríamos compararlas?
Elección de la mejor opción:
🡪 en función de nuestras prioridades y nuestros objetivos, ¿cuál es la mejor opción?
Puesta en práctica y seguimiento
🡪 una vez puesta en práctica, ¿cuáles son los resultados reales? ¿Estamos por encima o por debajo de las cifras que esperábamos?
en vez de comparar alternativas. Piense en las preguntas que debe hacerse, defina los criterios de éxito y valore las opciones según su incidencia en el logro de lo que espera conseguir. De esta forma, evitará caer en la trampa de comparar opciones respecto a las que no tiene demasiada información.
Las situaciones inciertas son, por definición, ambiguas y ambivalentes. Reunir a gente con diferentes puntos de vista respecto a la situación propicia una perspectiva más completa. Expresar opiniones diferentes enriquece el debate.
Si espera, habrá menos opciones viables. Si toma decisiones con rapidez, podrá actuar con la misma rapidez y tendrá más posibilidades de dejar atrás la incertidumbre. Pida consejo cuando se ponga manos a la obra.
Buscar más información no es algo malo, ya que eso puede ayudarnos a saber más sobre la situación y a que las cosas estén más claras. Sin embargo, esperar y recopilar más información tiene un precio: retrasa la decisión. No solo eso, sino que muchas veces la información que necesitamos no existe: podemos acceder a información sobre nuestras experiencias y nuestras percepciones de los resultados, pero la incertidumbre es, por naturaleza, impredecible.
Cuando tomamos decisiones rápidamente, corremos el riesgo de tomar una decisión equivocada por falta de información. Si cuenta con varias opciones y define las condiciones para ponerlas en práctica, podrá cambiar de una decisión a otra en el caso de que surja nueva información.
Hoy en día, la agricultura ofrece todo tipo de posibilidades para desarrollar su negocio: desde un enfoque de nicho de mercado con toda una cadena de valor añadido hasta proveedores de productos básicos estandarizados, en términos de un bajo coste de producción.
Dependiendo de la situación, del mercado, del negocio o de la familia, en algunas fases un modelo puede ser más atractivo que otro.
No obstante, cuando se dé un paso decisivo en una u otra dirección, habrá que permanecer en esa senda durante equis tiempo.
Ejemplo 1: si ha construido un establo para 120 vacas y tiene que devolverle el crédito al banco, será casi imposible salir adelante con solo 60 vacas en el establo.
Ejemplo 2: si ha decidido vender productos directamente desde su explotación o ha hecho otras inversiones a lo largo de la cadena de valor añadido, como por ejemplo una panadería, también tendrá que atenerse a ese plan durante un tiempo.
No hay que asustarse, pero conviene tenerlo en cuenta para planificar todo lo demás.
Algo que nunca viene mal y que puede quitarle presión a la situación es contar con más de un producto y más de un cliente.
Ejemplo 1:
Si bajan los precios de la carne de vacuno, eso no quiere decir que suceda lo mismo con los precios de la leche.
Ejemplo 2:
Utilizar los beneficios de su explotación agrícola para invertir en propiedades al margen de la explotación puede garantizarle ingresos por los alquileres que serán un buen colchón en el caso de que bajen los precios de los productos agrícolas.
La planificación económica es fundamental para el éxito de cualquier negocio. Incluye los objetivos y las estrategias a largo y corto plazo para alcanzarlos.
Los objetivos a largo plazo son aquellos que se establecen para un período de cinco o más años y están orientados a la estabilidad económica del negocio.
Los objetivos a corto plazo, por su parte, son los que se establecen para un período inferior a un año y están orientados a mejorar el flujo de caja, reducir costes y aumentar los beneficios.
La planificación económica estratégica implica sopesar los pros y los contras de cada tipo de objetivo y determinar cuál es el mejor para el negocio. Los objetivos a largo y corto plazo son cruciales para garantizar la buena salud de la empresa en términos económicos, pero es importante que las empresas prioricen y se centren en los objetivos que mejores réditos les darán a largo plazo.
Ejemplo:
Puede ser bueno para conseguir liquidez a corto plazo vender la mitad de su cabaña, aunque hay que tener en cuenta el trabajo que le costará volver a tener las mismas cabezas de ganado que tenía. Eso por no mencionar que, a medio plazo, sus ingresos por leche disminuirán considerablemente.
En un artículo para Harvard Business Review, Jenny Blake recomienda clasificar las tareas en estos seis tipos a la hora de delegarlas:
Por ejemplo, si se olvida el móvil o la tableta en un avión. En vez de pasarse todo el día al teléfono hablando con la compañía aérea, pídale a otra persona, como su asistente, que se ocupe de ello.
Delegar tiene muchas ventajas.
De nuevo, como venimos diciendo, los empresarios deben tener las ideas claras, tomar buenas decisiones y establecer una buena estructura de trabajo.
Esta es una cuestión capital:
Los empresarios deben ganar experiencia a este respecto y, a medida que crezca el negocio, deben ser coherentes: asumir una posición definida en relación con diversas cuestiones y respecto a la gente con la que trabajan, es decir, sus empleados y sus socios comerciales.
Una comunicación eficaz posibilita que varias personas se pongan de acuerdo respecto a una información determinada. Compartir una misma perspectiva es básico en el lugar de trabajo, si se quiere que todos remen juntos para alcanzar los objetivos de la organización.
Sin embargo, ha de tener presente que, aunque parece algo sencillo, no es nada fácil de conseguir.
Los asesores y los supervisores desempeñan un papel esencial a este respecto, ya que deben trasladar la información a las personas correctas. Si sigue ciertas recomendaciones respecto a la comunicación con los supervisores, mejorarán tanto la relación con los empleados como los resultados y se evitarán errores.
Para llegar a la gente de una manera efectiva, debe adaptar su mensaje a dicha gente. ¿Son empleados jóvenes o llevan años en la empresa? ¿A qué generación pertenecen? Emplee un lenguaje que se entienda y haga que el mensaje sea de interés para los destinatarios. Para ello, responda a las preguntas que podrían hacerse: «¿Por qué debería importarme?» y «¿Cómo me afectará esto?».
La colaboración entre familiares es algo especial y es siempre muy importante. En la agricultura se convierte en algo imprescindible.
Centrémonos en algunas cuestiones de la colaboración entre familiares:
Es muy importante que todos los miembros entiendan la cultura de la familia. Sí, es positivo pedir una aclaración cuando se necesita.
Sea consciente de lo que dice y de las señales que envía:
Lo primero es organizar una reunión familiar o una reunión de la empresa familiar. Debería ser una reunión periódica, cada semana, cada mes o, como mínimo, cada seis meses. Debe ser eficaz y, para ello, es necesario planificarla bien. En la apretada y a veces agobiante agenda de las explotaciones agrícolas familiares es muy importante que toda la familia tenga claro el propósito de las reuniones y que todo quede bien explicado.
Es más fácil evitar conflictos y que haya una relación sana dentro de la familia si existe una comunicación constante y regular.
Recuerde que, si la familia no está implicada en el negocio, en algún momento la familia lo pasará mal o el negocio se resentirá. Ambos escenarios son nefastos para una explotación agrícola familiar.
Triunfar en un sector empresarial con tantos cambios depende de nuestra capacidad para predecir los posibles riesgos potenciales y las posibilidades de éxito. Los agricultores de hoy en día deben definir y determinar cómo pueden adelantarse a los acontecimientos y seguir siendo competitivos. Esto implica un cambio fundamental en la manera de pensar: desde analizar el rendimiento pasado hasta dejar espacio para el potencial creativo mediante una buena planificación.
Un plan empresarial define los fundamentos de su empresa, sus líderes, sus capacidades, el mercado en el que opera, la manera de generar ingresos y las proyecciones económicas.
Un plan estratégico evalúa su entorno actual, tanto interna como externamente. Establece las metas y los objetivos futuros y define las estrategias para alcanzarlos.
En otras palabras, un plan empresarial define un negocio ya establecido o un nuevo proyecto. Un plan estratégico establece los cambios que quiere introducir en su negocio para crecer o prepararse para el futuro.
No es extraño que los puntos que acabamos de tratar generen presión. Es importante ponerlos en práctica de una forma constructiva y creativa.
Las herramientas y las estructuras no están ahí para decirle lo mal que va todo. En su lugar, deberían dotarle de recursos para afrontar las cuestiones del desarrollo empresarial y, por lo tanto, que pueda actuar de manera oportuna.
Se puede contar con una estructura que sea más o menos compleja, pero es muy importante encontrar una motivación intrínseca o extrínseca para sacar adelante su planificación empresarial.
Un proceso claro de resolución de problemas incluye:
Antes de resolver un problema, es importante entender la naturaleza concreta del problema. Si no entendemos bien el problema, los intentos de resolverlo serán inadecuados, ineficaces o deficientes.
Puede no dársele la suficiente importancia al papel de la formación en el desarrollo profesional, sobre todo en el caso de aquellos empresarios que consideran que su trabajo es tan particular que nadie puede enseñarles nada.
Aunque estemos de acuerdo en que los empresarios en general y los agricultores en particular realizan una labor muy particular, parece evidente lo valioso que resulta el intercambio de conocimientos, capacidades y opiniones, así como de experiencia.
La formación se puede emplear para abordar los problemas técnicos.
La orientación puede ser muy eficaz en el desarrollo del propio empresario, de la empresa familiar o en las decisiones generacionales.
La confianza es básica para cualquier proceso de formación, intercambio u orientación.
Respecto a la gente que elija para el intercambio, sobre todo para la orientación, es básico que:
Compartir las experiencias laborales y vitales es una herramienta básica y útil para sacar adelante una explotación agrícola familiar.
Es el primer paso para la concienciación y puede llevar a la creación de redes de apoyo.
¿Qué pasos se pueden dar respecto a esta cuestión para estar en consonancia con los «cinco caminos hacia el bienestar»?
Ejemplos sencillos de hábitos beneficiosos para los agricultores
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